lunes, septiembre 17, 2007

RESPONDIENDO A TU PREGUNTA

No lleva la hebilla del cinturón bajo el ombligo. No me había fijado antes en ese detalle. Siempre va sentada cuando la veo. Hoy no. Hoy iba de pie. La hebilla está desplazada hacia su derecha. Descansa sobre una cadera en la que nunca había reparado hasta esta mañana. Es perfecta. Como su respiración. Rítmica, pausada, suave. Distinta al aglomerado de nervios que inunda hoy el vagón. Mucho estudiante creyendo estar jugándose un futuro [Espejismo]. El futuro está ya más que fijado por las multinacionales que harán de ellos unos completos y globalizados anónimos, con hipotecas que les esclavicen, y necesidades adictivas e inexistentes, convertidas en vitales gracias a la maquinaria imparable de la publicidad. Pero no es necesario que lo sepan aún. Son felices. Yo también hice exámenes.


Cada tres días lleva un libro distinto. Deduzco que es más rápida que yo leyendo porque estoy con Deseo de Elfriede Jelinek desde el lunes pasado. Demasiado tiempo. No hay sintonía.


Anoto mentalmente los títulos que pasan por sus manos desde que observé que compartíamos la forma de subrayar los libros. Portaminas Faber-castell, marca-páginas a modo de regla improvisada y la habilidad para subrayar en movimiento. Hay libros en los que sólo he subrayado una frase. Pero esa frase vale el libro entero. En serio. Ella ha empezado la semana con Trabajo de campo de Rachel Seiffert. Ha subrayado mucho. ¿He sentido envidia o deseo?. No reconozco el límite que los diferencia. Y menos cuando me he dado cuenta que ella miraba mi libro.


Es un instante. Siempre es sólo un instante. Nuestros ojos se cruzan. Y vuelvo a hacerme la pregunta de siempre.

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Leonard Cohen - Please don't pass me by (a disgrace)

21 comentarios:

Valeria dijo...

Pídele que te preste su libro cuando lo acabe... y se lo devuelves en otro trayecto :)
Un beso, Fran

Anónimo dijo...

Creo que no, 629. Yo voy en el 658.
Me quedo, como no, con la música de fondo de tu post. Eso, y con tus visitas a mi pequeño espacio. Hace tiempo que estabas invitado sin saberlo....

María Jesús Siva dijo...

Nuestro futuro no existe, el de cada uno de nosotros. No somos conocedores del mañana. Existen los sueños, que tampoco se llegarán a realizar en la mayoría de los casos pero que nos aportan esperanzas. Hay instantes que son segundos y marcan el resto de las horas de nuestro día. Nos lanzan a esa nube de algodón que nos mantiene en volandas y nos hace sonreír, en algunos casos incluso al jefe, ese ser despota y desconsiderado que sólo se acerca a saludarnos cuando acto seguido nos soltará el discurso de lo mal que hacemos las cosas. Que suerte que tus segundos de felicidad sucedan temprano...
Por cierto, cuando un libro no conecta con nosotros, lo mejor es cerrarlo y coger otro. Hay tanto por leer...
Besos.

Lalaith dijo...

No estoy de acuerdo con el primer párrafo. Me pregunto si el resto es realidad o imaginación. Lo mejor es cuando sólo es un instante. Ese instante sí que lo es todo.

Svor dijo...

Que bien que has escrito algo simple. No me he distraído ni un segundo y eso a mi me cuesta, siempre tengo que volver sobre la frase anterior.
Yo tenia esa costumbre de subrayar lo que me tocaba profundo pero luego deje de hacerlo por tonterías ajenas a mi.

Gracias por este post tan original

Bea dijo...

Crush on someone?

Anónimo dijo...

Buena y rítmica descripción de un instante impercepible y cotidiano.
La envidia sana puede devenir de un deseo no cubierto o insatisfecho...así que a seguir subrayando frases, momentos, pensamientos, reflexiones que es lo que haces en este espacio. Gracias por eso!

la cónica dijo...

Necesito una palmadita en la espalda, un vaso de agua, crema para quemaduras y sal de frutas. Es por el futuro del que hablas. Se me ha atragantado, me ha levantado ampollas y me da náuseas. El futuro no es lo que era, probablemente, pero se le puede hacer la trece-catorce. Se puede romper, se puede cambiar. Algún modo hay. Si no, paren el tren, que me bajo.

Por lo demás, Please, don't let her pass by. No sé cuál es la pregunta. ¿La respuesta podría ser ¡adelante!? Sin romper la magia, claro.

Las Tartitas de Llanetes dijo...

Qué triste es hacerse mayor y perder las ganas de luchar por las cosas... Yo hoy he decidido que quiero trabajr en una escuela pública de Madrid que propone una enseñanza alternativa sin exámenes y... ay, lo he hecho otra vez. Siempre acabo comentándote sobre una idea menor del texto, me salto a la torera tu intención y su trasfondo. Soy lo peor.
Muiki!

Alnitak dijo...

Envidia, es lo que me ha dado a mí, porque me encantaría tener esos momentos de curiosidad compartida, de manías compartidas, ese instante de miradas cruzadas...

Aunque a mi me resulte imposible subrayar los libros, me gusta mantenerlos intactos y lo que hago, solo cuando la frase lo merece mucho, es doblar un poquito la esquina de la página. Manías de otra lectora...

mer dijo...

háblala... o quizás, mejor no lo hagas... disfruta de ese pequeño momento de intimidad... en que puedes imaginarla todo lo perfecta que posiblemente no es... es la única manera de que los días no sean todos iguales unos a otros. Un beso (sí, se acabaron las vacaciones, menos mal que de vez en cuando nos encontramos a gente y conversaciones curiosas en el metro...)

Txe Peligro dijo...

los libros deberían venderlos ya subrayados.

la cónica dijo...

Mmmm... pensaba yo que era un autobús, y ya sé por qué. "El paraíso era un autobús", de Millás. Léelo si quieres y cámbiale el final.

http://www.barcelonareview.com/36/s_jjm_2.htm

la cónica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cristina dijo...

el deseo y la envidia forman una combinación excelente

La mirada del mono dorado dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La mirada del mono dorado dijo...

como nos gustaría aprender a leer los ojos.
subrayar su boca.

pero no nos queda otra que pasar página.

George Hazard dijo...

Me encantaban esos encuentros en el metro con la misma gente, en el mismo vagón y a la misma hora. La coincidencia fugaz de unas vidas que apenas podemos atisbar.
Estoy con Valeria, podrías hablarle, los libros son la excusa perfecta.
Animo si te gusta mucho.
Abrazos

giraluna dijo...

ya tengo acceso a tu blog, 629, aunque no es el mejor de los días para escribirte...

A veces las miradas lo dicen todo. También pueden ser mudas. Preguntas y respuestas implícitas. O silencios requetesabidos. Todo un universo en cualquier sitio. En un vagón de metro de cualquier parte del mundo.

Me aburre cuando empiezas a hablar de un futuro que tú ni nadie conoce. Discurso trasnochado. Me parece.

Me gusta lo que has escrito, sin embargo. Eso íntimo que tú compartes al escribirlo.

déu.

eme dijo...

Qué chulo. Redondo

Ágætis byrjun dijo...

me ha gustado mucho.
retrata perfectamente esos pequeños instantes que conforman los recuerdos y que aparecen cuando ya los creíamos olvidados.

esos pequeños instantes que pueden cambiar una vida.