miércoles, junio 20, 2007

ESPECTADOR

De haber querido
un halago o un aplauso
no me creería pagado
con una sonrisa,
y no me sentiría ahora
tremendamente rico.

Que escuches,
es un talón en blanco.
Que me escuches,
una firma a mi nombre.

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Tegan and Sara - And darling me agradan los oidos esta mañana llena de presupuestos

viernes, junio 08, 2007

LECTURAS

El mundo como supermercado.
Michel Houellebecq.
Ed. Anagrama.

[...] Hubo diversas tentativas para prometerle al individuo un mínimo de ser[...] Todas las tentativas han fracasado hasta el momento.
La publicidad es la última tentativa hasta la fecha. Aunque su objetivo es suscitar, provocar, ser el deseo, sus métodos son, en el fondo, bastante semejantes a los que caracterizaban
a la antigua moral. La publicidad instaura un superyó duro y terrorífico, mucho más implacable que cualquier otro imperativo antes inventado, que se pega a la piel del individuo y le repite sin parar: "Tienes que desear. Tienes que ser deseable. Tienes que participar en la competición, en la lucha, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. Si te quedas atrás, estás muerto."[...] Al definirse a sí misma como proceso de renovación permanente, la publicidad intenta hacer que el sujeto se volatilice, se transforme en fantasma obediente del devenir.

La publicidad fracasa. Las depresiones se multiplican, el desarraigo se acentúa; sin embargo, la publicidad sigue construyendo las infraestruccutras de recepción de sus mensajes. Sigue perfeccionando medios de desplazamiento para seres que no tienen ningún sitio adonde ir porque no están cómodos en ninguna parte; sigue desarrollando medios de comunicación para seres que ya no tienen nada que decir; sigue facilitando las posibilidades de interacción entre seres que ya no tienen ganas de entablar relación con nadie".

jueves, junio 07, 2007

CAPULLO

La embriaguez de una nueva certeza
me reconcilió anoche,
con mi cama,
con mi sueño,
con mis sueños.

Renuncio a toda palabra
que no sea pornográfica verdad,
igual que renunciaría a cortarme las venas
como resultado de un desvarío pasional,
laboral, familiar u otra índole intrascendente.

[Si mi sangre brota
que sea un puñetazo el motivo. Algo real]

La vida es cruel.
Pero posee tanta belleza,
que no vivirla o no contarlo
sería más doloroso que la sexual atracción
de esa cuchilla que llama a rendirse.
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Me amas con la misma intensidad
con la que entregas tu vida
a un piloto de vuelos comerciales.

Confías en su destreza,
en sus reflejos,
en sus estudios,
en sus prácticas en avionetas
e incluso en su falso traje azul militar.

No es suficiente.
No cuando volamos.